7.1.06

El túnel del tiempo (o dos siglos de desfase)


Un decimonónico personaje, el teniente general José Mena Aguado, ha aprovechado su discurso de la Pascua Militar en el Salón del Trono de la Capitanía de Sevilla para "pronunciarse" en contra de la proposición de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña, que se está tramitando en el Congreso de los Diputados. El pronunciamiento ha encontrado la incomprensible comprensión del portavoz del partido que agrupa a la mayoría de la derecha del país, según resulta claro de las declaraciones del diputado Elorriaga, portavoz del PP.

La situación, típica de nuestro atormentado siglo XIX, se produce ya entrado el siglo XXI, y en un contexto político que agudiza la ridiculez de la actuación. Ni el Congreso de los Diputados se va a impresionar por el pronunciamiento de un teniente general, ni el conjunto del Ejército va a variar su actitud de acatamiento a las decisiones políticas democráticas y de cumplimiento de las órdenes del Gobierno, único titular de la política militar en nuestra Constitución.

El voluntario desconocimiento del auténtico orden constitucional, que no otorga ninguna función de interpretación de la Constitución a las fuerzas armadas, por parte del autor del pronunciamiento viene a ser en realidad una secuela de los múltiples y voluntarios desconocimientos de la Constitución que viene desgranando en público la más rancia derecha centralista, por boca del PP.

Se empieza interpretando la Constitución como mejor se desea, apropiándosela en exclusividad y difundiendo desde la FAES las más descaradas mentiras sobre el contenido de la proposición de reforma del Estatuto, y se acaba, al ver recogidas tales mentiras en el discurso del pronunciamiento, comprendiendo amablemente que éste se haya producido.

Este país no se merece esta derecha.