21.3.07

Allí siguen, aquí seguimos



Se cumplen ahora los cuatro años del inicio de la ilegal, ilegítima, inmoral y criminal guerra contra Irak.
Se inició una guerra de agresión contra un Estado soberano por la decisión política de la administración norteamericana de George W. Bush Jr., secundada por sus acólitos Tony Blair y José María Aznar, inmortalizados en la famosa "foto de las Azores", que les perseguirá hasta el último instante de su vida.
Se construyó al efecto un enorme entramado de mentiras que se expandieron por el mundo sin escrúpulo alguno por parte de los principales actores de la operación de justificación. Quizá lo especialmente perverso del caso es que nadie creía en las mentiras que repetía, y nadie de los que nos oponíamos a la agresión les dábamos crédito alguno.
Ni las "armas de destrucción masiva", inexistentes según los inspectores de la ONU, y sobre las cuales se supo inmediatamente que se habían fabricado pruebas falsas como la supuesta compra de material sensible en África, eran algo en lo que nadie creyera, pese a las mendaces frases de Aznar al estilo de "todos sabemos".
Ni la conexión entre un régimen laico y nacionalista como el de Sadam Hussein (tan dictatorial y criminal como se quiera, machacador del Partido Comunista del Irak y de los movimientos kurdos, etc., pero laico y nacionalista) y las redes de fanáticos con excusa religiosa autores del atentado del 11-S contra las Torres Gemelas eran creíble para quien tuviera cualquier conocimiento de la historia de Irak y de la de Al Qaeda.
Todos sabíamos, en efecto, que no eran ciertas las excusas. Todos, no los hacedores de mentiras, sino los millones de personas que en marzo de 2003 nos manifestamos contra la guerra en todos los países.
Allí siguen los que iniciaron la agresión, en Irak, con la mentira y la fuerza, provocando muerte, dolor, división, odio, ruina.
Siguen unos con sus fuerzas militares, y así el Fiscal del Tribunal Penal Internacional ha debido de advertir que Blair y Bush pueden tener que enfrentarse en el futuro a acusaciones ante ese Tribunal.
Otro sigue allí políticamente y rabiando por no poder estar militarmente. Aznar acaba de volver a justificar la guerra de agresión preventiva para conmemorar el aniversario del inicio del crimen. Aznar, fiel a su estilo, ha reconocido la inexistencia de armas de destrucción masiva, mintiendo sobre su conocimiento de la mentira.
Los que en 2003 nos opusimos al crimen, seguimos oponiéndonos al crimen en 2007, puesto que el crimen continúa, con resultados que deberían de enorgullecer a quienes los buscaban: más de 600.000 muertos, según la revista médica The Lancet; más de 2.000.000 de personas desplazadas forzosamente huyendo de la guerra; un país totalmente arruinado y físicamente destruido, con gran esperanza de negocio para las empresas que obtienen los contratos de reconstrucción; una guerra civil claramente establecida para tiempo; la agudización de la violencia religiosa; la muerte diaria en tal cantidad que corremos el riesgo de banalizarla; y, por encima de todo el odio, el terrible odio que produce la terrible injusticia.
Por eso ayer nos reunimos diputados de todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados, excepto el PP, y observamos cinco minutos de silencio en la escalinata de los leones.
Queríamos recordar a todos los muertos por la decisión de los de las Azores; a todos los desplazados; a todos los que sufren el desgarro de la pérdida; a José Couso, víctima de fuego norteamericano.
Queríamos poner de manifiesto que el crimen sigue, y todos sabemos quienes son los responsables.
Allí siguen ellos, en la mentira y la guerra. Aquí seguimos nosotros, en la denuncia de la mentira y en la lucha por la paz.
(artículo publicado en laRepublica.es)

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