10.10.07

110 hectáreas




Se trata tan sólo de 1.100 dunums, equivalentes a 110 hectáreas. Poca tierra, podría pensar cualquiera, pero esas hectáreas en concreto tienen una importancia muy superior a la de su superficie.

Veámoslo. Un periódico poco sospechoso de antisionisimo como el israelí Haaretz daba la noticia en su edición de ayer. El 24 de septiembre la IDF, siglas en inglés de las Fuerzas de Defensa de Israel, es decir el ejército israelí, acordaba la expropiación de esas 110 hectáreas sitas en los pueblos palestinos de Abu Dis, Arab al-Sawahra, Nebi Musa y Talhin Alhamar.

La expropiación se justifica en la construcción de una carretera para uso de palestinos que debería de enlazar con Jericó. Pero lo cierto es que esa poca tierra libera completamente la zona E1, entre Jerusalén y Ma'aleh Adumim, lo que permitirá la construcción en la misma de 3.500 viviendas de expansión del ilegal asentamiento israelí indicado.

No se trata, sin embargo, de una simple expansión ilegal de un asentamiento ilegal de acuerdo con el derecho internacional aplicable, que no debemos de olvidar que es la Convención de Ginebra relativa a las condiciones de ocupación militar.

Es algo más importante aún, se trata de la posible culminación de la conexión territorial entre el ilegal asentamiento de Ma'aleh Adumim, en territorio palestino ocupado y la Jerusalén ilegalmente anexionada al Estado de Israel.

Ello comporta, además, la partición territorial completa entre el norte y el sur de Cisjordania, la culminación de la discontinuidad territorial que está llevando a un punto de no retorno la dificultad para el establecimiento de un Estado palestino viable.

Pocas veces tan poca tierra puede dar lugar a tan graves consecuencias políticas.

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