1.2.08

Nabil Manakli Kasaypati

La pena de muerte que pendía desde 2003 sobre Nabil Manakli ha sido conmutada por el Presidente de la República del Yemen, según se ha sabido coincidiendo con la visita oficial de este mandatario a Madrid.

La noticia ha pasado prácticamente desapercibida, como toda la historia de ese ciudadano español de origen sirio, condenado a muerte en Yemen. Por fin se ha conseguido, luego de años de tan intensas como discretas gestiones, contactos, visitas, negociaciones de convenios sobre cumplimiento de sentencias, y multitud de esfuerzos diplomáticos.

Manakli fue condenado a muerte tras un proceso en que se le declaró culpable de conspirar para asesinar al Presidente del Yemen, y en el que los otros acusados del mismo delito fueron condenados a leves penas de prisión.

No se trata de juzgar si Manakli es o no culpable, se trata pura y simplemente de aborrecer la pena de muerte y su aplicación, en cualquier circunstancia y por cualquier motivo.

En el caso de Manakli no se han producido grandes movilizaciones, ni pronunciamientos públicos, me temo que posiblemente por causa de sus apellidos, que parecen provocar menos solidaridad que otros de más antigua raigambre española.

Sin embargo algunos lo hemos estado intentando, como es el caso de Amnesty International y del Ministerio de Asuntos Exteriores de más de un Gobierno de España. En los registros del Congreso de los Diputados quedan también las iniciativas que he ido presentando para intentar salvar la vida del ciudadano Manakli.

Por fin se ha conseguido la conmutación, ahora queda la gran tarea de aprovechar la moratoria aprobada por Naciones Unidas para obtener la abolición universal de la pena de muerte.

Será, sin duda, difícil, pero hay que lograrlo porque tanto la civilización como la justicia son incompatibles con la pena de muerte.

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